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La clave del éxito en tu tratamiento: aprender a escuchar a tu cuerpo


Si eres de las mías, que anda siempre en la loca con poco tiempo para comer, pensar e ir al baño… seguro te das cuenta de que algo está mal cuando realmente está ya muy mal…


Y es en este momento en el que más necesitas detenerte y evaluar lo todo lo que sientes. Y quizá una de las cosas más importantes, si es que estás por iniciar un tratamiento de cáncer de mama o ya estás en él, es la necesidad urgente de que no sólo te enfoques en tus síntomas sino en verdaderamente escuchar a tu cuerpo.


Y cuando estás pasando por una etapa tan complicada como lo es un tratamiento de semejante magnitud, el cuerpo se escucha con el instinto.


¿Cuántas veces no has escuchado esa vocesita interna que te dice que hacer y qué no hacer y te distraes y no la sigues y PUM… te equivocaste y tomaste la decisión equivocada?


Pues en esta etapa de la vida, deberás responder a ese instinto natural que tu cuerpo tiene y que no siempre escuchas para asegurarte de que en verdad lo estás ayudando.


Y en mi caso, tuve que sentirme muy mal después de una de las primeras quimioterapias para entender que la clave estaba en seguir ese instinto acompañado de lógica básica elemental.


Mi primer síntoma de náusea vino para quedarse por varias semanas que se convirtieron en meses. Como dice el dicho, a todo uno se acostumbra.


En mi mente, sólo cabía la imagen de la dieta típica cuando te enfermas del estómago: caldito de pollo, arroz, pan tostado con mermelada, atolito de arroz, un poco de manzana hervida, té de manzanilla y párale de contar.


Así que puse en marcha el caldo de pollo para estar “bien alimentada” como mi doctora me indicaba y calmar la náusea, que según mi recetario de la vida práctica se hace con ricas sopas calientes.


Mi sorpresa más grande fue descubrir que después de ese delicioso consomé con todo y pollo orgánico, ¡me sentí peor!


Al principio no entendí por que pero la verdad es muy simple... ¡Mi cuerpo estaba a mil! A mil por hora procesando medicamentos, quimioterapias, cortisona y todo el gran coctel estrella que además de todo se va a acumulando en el cuerpo. Mis riñones, mi hígado y todo el cuerpo, estaba desde hacía muchos días tratando de eliminar lo que se pudiera de las tremendas bombas que el tratamiento significaban. Y ahí me cayó el veinte…tenía que escuchar qué era lo que mi cuerpo quería y necesitaba para estar alimentada pero sobretodo que mejoraran mis síntomas, mi energía y mi vitalidad.


Hice a un lado algunas sugerencias médicas de comer de todo y decidí darle a mi cuerpo una dieta llena de nutrientes a partir de jugos de verduras y frutas que hidratan y nutren, cero lácteos, que sabemos son difíciles de digerir, pocos carbohidratos, algo de nueces y leguminosas y cero carne roja… y, ¿saben qué? Me fue re bien! Me sentí mucho mejor, mi energía se incrementó y mis síntomas mejoraron bastante. Inclusive hubo mucha gente que nunca supo que pasé por esto pues no parecía enferma.


A partir de ahí puse mucha más atención a lo que mi cuerpo me pedía y aprendí a descansar sin hacer nada de verdad… sólo viendo a la ventana y pensando en la inmortalidad del cangrejo, aprendí a darle el sueño que necesitaba, algunos días más que otros, aprendí a que necesitaba ir más despacio…aprendí a escucharlo.


No pierdas la oportunidad de aprender a escuchar a tu cuerpo y leer qué es lo que necesita, es una oportunidad única para ayudarte en este proceso para sentirte mejor.


Escuchar a tu cuerpo es importantísimo, estés enfermo o no, tú que me lees, cuéntame tus experiencias en la caja de comentarios.


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