En el mundo de la nutrición, todos los días aparecen nuevas técnicas, alimentos, ingredientes, bebidas y más que prometen mejorar nuestra salud y asegurar una vida sana. Por eso me dediqué tanto tiempo a investigar y recopilar información para mi libro “Cómo comer cuando tienes cáncer de mama”. Durante mi proceso sabía que una de las cosas que podía hacer para ayudar a mi cuerpo a sanar era comer mejor, pero había mucha información al respecto y muchas tendencias que hablaban de nutrición.
Hoy quiero hablarles de los alimentos fermentados, una nueva tendencia que cada día toma más fuerza en el mundo de la nutrición y que al entenderla podemos cambiar por completo nuestro consumo de probióticos.
Empecemos por el punto más importante: qué son los probióticos: son microorganismos (normalmente bacterias) que viven en nuestro intestino y que promueven la buena salud si se consumen en las cantidades adecuadas. Hay varios tipos y se obtienen de la comida fermentada y de ciertos suplementos.
Algunos ejemplos de alimentos con probióticos son el yogurt, el kéfir, el chucrut, el tempeh. el kimchi y la kombucha además de que puedes fermentar muchos tipos de alimentos para lograr de produzcan los probióticos.
La fermentación es un proceso natural a través del cual los microorganismos como la levadura y las bacterias convierten los carbohidratos, como el almidón y el azúcar, en alcohol o ácidos.
El alcohol o los ácidos actúan como conservadores naturales y dan a los alimentos fermentados ese sabor y una acidez que los diferencia.
¿Cuáles son los beneficios de los alimentos fermentados?
Se ha demostrado que los probióticos mejoran la función inmunológica, así como la salud digestiva y del corazón. Además, los alimentos fermentados suelen ser más nutritivos que su forma no fermentada.
Mejoran la salud digestiva
Los probióticos producidos durante la fermentación pueden ayudar a restablecer el equilibrio de bacterias amigables en el intestino y pueden aliviar algunos problemas digestivos como el síndrome del intestino irritable o algún trastorno digestivo común.
Además, los alimentos fermentados también pueden disminuir la gravedad de la diarrea, la hinchazón, los gases y el estreñimiento.
La fermentación ayuda a descomponer los nutrientes en los alimentos, haciéndolos más fáciles de digerir. Por ejemplo, el azúcar natural en la leche se descompone durante la fermentación en azúcares más simples: glucosa y galactosa.
Como resultado, las personas con intolerancia a la lactosa generalmente consumen productos lácteos fermentados como el kéfir y el yogur.
La fermentación ayuda a descomponer y destruir los antinutrientes, como los fitatos y las lectinas, que son compuestos que se encuentran en semillas, nueces, granos y legumbres que interfieren con la absorción de nutrientes.
Por lo tanto, el consumo de frijoles fermentados o legumbres como el tempeh aumenta la absorción de nutrientes, lo que los hace más nutritivos que comer su versión “no fermentada”.
Fortalecen el sistema inmune
Las bacterias que viven en nuestro intestino tienen un impacto significativo en su sistema inmunológico. Debido a su alto contenido de probióticos, los alimentos fermentados ayudan al sistema inmunológico y reducen el riesgo de infecciones.
Además, muchos alimentos fermentados son ricos en vitamina C, hierro y zinc, todos los cuales han demostrado contribuir a un sistema inmunológico más fuerte. Esto es muy importante durante el cáncer pues tenemos las defensas bajas y estamos expuestas a muchas bacterias.
Otros beneficios
Salud mental: algunos estudios han relacionado los probióticos con una reducción de los síntomas de ansiedad y depresión.
Pérdida de peso: aunque no está 100% comprobado, algunos estudios han encontrado vínculos entre ciertos probióticos y la pérdida de peso.
Salud del corazón: los alimentos fermentados se han asociado con un menor riesgo de enfermedad cardíaca. Los probióticos también pueden reducir moderadamente la presión arterial y ayudar a disminuir el colesterol.
Si quieres incluir este tipo de alimentos en tu dieta, te recomiendo que leas un poco más sobre ellos. En mi libro “Cómo comer cuando tienes cáncer de mama” puedes encontrar un apartado que te explica de forma puntual cuál es su beneficio durante esta etapa además, te comparto una lista de alimentos fermentado que puedes comenzar a incorporar en tu dieta diaria:
Kéfir
Chucrut
Tempeh
Natto
Kombucha
Miso
Kimchi
Pan de masa madre
Es probable que en un inicio te sea extraño comer estos alimentos. Su sabor es diferente pero sus beneficios son muchos. Esta es una tendencia a la que debes darle una oportunidad, comenzar incluyendo algo de yogurt o kéfir en tu dieta y apoyar a tu cuerpo para sentirse mejor a pesar de enfrentar el cáncer.
Si quieres empezar a comer mejor pero no sabes cómo, puedes descargar mi guía gratis sobre nutrición. Es básica por lo que se convierte en un buen punto de partida para todas aquellas mujeres que quieren poner un granito de arena en su proceso de sanación.
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