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5 consejos para involucrarte en la decisión sobre tu tratamiento


Cuando somos diagnosticadas con cáncer de mama, iniciamos un proceso en donde no nada más nos sentimos mal, tristes, llenas de miedo y en shock…nos topamos con la vulnerabilidad de la ignorancia.


Son pocas las mujeres que tienen la información adecuada y el conocimiento necesario para sentirse cómodas en las conversaciones con los médicos. No sabemos dónde buscar información, qué preguntar, cómo prepararnos y sobretodo como participar del proceso de toma de decisión sobre nuestro tratamiento…ni se diga sobre entender que podemos hacer desde nuestro lado a nivel hábitos, cambios inmediatos y planeación de nuestra vida.


Hoy quiero compartirles 5 consejor que deben serguir para segurarse de ser parte del proceso de decisión sobre su tratamiento y no sólo dejarlo en manos de los doctores.


1. Establece las reglas


Antes de empezar a explorar y a investigar las diferentes opciones de tratamientos que tienes, establece algunas reglas básicas.

  1. Decide cuánto quieres saber. Tal vez algunas personas quieren saber cuál es su tratamiento y sus posibilidades se supervivencia, pero está bien que otras personas no, si no deseas conocer algunos detalles, se vale, díselo a tu médico. Puedes darle ese puesto a alguien cercano que podrá recibir las noticias por ti. Lo importante es que sea una decisión conciente.

  2. ¿Cómo tomarás las decisiones del tratamiento? ¿Quieres tomar la iniciativa? O quieres que tu médico lo haga por ti, un punto medio también es posible.

  3. Piensa en un amigo cercano o miembro de la familia como acompañante al momento de tener las citas con tu médico.

  4. Tener expectativas realistas es importante, el médico puede darte algunas estimaciones sobre los pros y contras de cada tratamiento, hazle saber tus preferencias, tus dudas y todas tus preocupaciones.

  5. Enfócate en ti. No te sientas presionada por una opción de tratamiento en particular, escoge lo que sientas que es más cómodo para ti.

  6. Acepta la ayuda. Necesitarás apoyo durante todo el tratamiento. El apoyo puede venir de tu médico, tus amigos y tu familia.

  7. Contacta grupos de ayuda o comunidades como esta. Habla con sobrevivientes que han pasado por este proceso, eso te ayudará a clarificar tu mente.


2. Pon objetivos sobre tu proceso de tratamiento


¿No sabes que es lo que quieres? Entonces enfócate en lo que NO quieres, dependiendo de tu tipo y etapa de cáncer, tus metas en el tratamiento podrían ser:


  • Cura: Cuando una cura es posible, puede que estés dispuesta a soportar más efectos secundarios a corto plazo a cambio de la oportunidad de una cura.

  • Controlar: Si tu cáncer se encuentra en una etapa posterior o si los tratamientos anteriores no han tenido éxito, puedes ajustar tu objetivo para controlar tu cáncer y vivir sintiéndote lo mejor posible. Diferentes tratamientos pueden intentar reducir temporalmente o detener el crecimiento del cáncer. Si este es tu objetivo, es posible que no estés dispuesta a soportar los efectos secundarios de tratamientos más duros.

  • Comodidad: Si tiene un estado avanzado de cáncer o uno que no ha respondido a los tratamientos, puedes decidir que la comodidad es lo más importante para ti. Tú y tu médico trabajarán juntos para asegurarse de que estés libre de dolor y otros síntomas.

  • Proiridades: Es importante pienses en qué es importante para ti además de tu tratamiento. Si eres mamá, querrás asegurarte de estar con tus hijos y aprovechar el tiempo con ellos. Si eres profesionista, es probable que no quieras dejar de trabajar. Seguramente te preocupará también estar con tu pareja, tu familia y continuar con tsu proyectos y planes personales más importantes. Segúrate de identificar lo que tienes como prioridad para seleccionar el mejor tratamiento o bien definir la mejor agenda o calendario para llevarlo a cabo.


3. Investiga y cuestiona tus opciones


Tomar la decisión que sea mejor para ti, se construye con varias consideraciones; desde el tipo de cáncer que tienes, tu estado de salud, las opciones de tratamiento disponibles, la probabilidad de cada uno de los tratamientos, entre otras cosas. Hablar con tu médico sobre tu situación e investigar en sitios web confiables, libros, y materiales educacionales puede ayudarte a complementar tu panorama.




4. Analiza los beneficios frente a los riesgos


Compara los beneficios y los riesgos de diferentes tratamientos contra el cáncer si es que tienes opciones. Decidir que tratamiento se encuentra dentro de tus metas, valóralos en los pros y contras de cada uno.

Toma en cuenta:

  • Efectos secundarios: Date el tiempo de revisar los efectos secundarios de cada tratamiento y decide si valdrá la pena soportarlo. Tu médico puede darle una buena idea de lo común que son los efectos secundarios para cada tratamiento y explicar las opciones para controlar los efectos secundarios para hacer que el tratamiento sea más tolerable.

  • Cómo el tratamiento afecta tu vida diaria: Considera cómo el tratamiento afectará tu vida cotidiana. ¿Necesitarás un día libre o varias semanas libres? ¿Cómo cambiará tu papel en su familia?¿Cómo afectará el tratamiento tu capacidad para encontrar o mantener un empleo?

  • Los costos financieros del tratamiento: Investiga qué tipos de tratamiento serán cubiertos por tu seguro. Si un tratamiento o aspecto de un tratamiento no está cubierto, ¿puedes pagarlo? Llama a tu compañía de seguros para saber el nivel de cobertura. Y si debes de hacerlo a través de una institución pública, asegúrate de identificar los costos de traslado y tiempo que implican en tu economía.

  • Tu salud en general: Si tienes otras condiciones de salud, pregúntale a tu médico cómo el tratamiento las afectará. Por ejemplo, los corticosteroides se usan comúnmente en personas con cáncer. Esto podría complicar el tratamiento de la diabetes y afectar tu riesgo de cataratas, hipertensión y osteoporosis.

Tus valores y metas personales marcarán la diferencia en los tratamientos que son mejores para ti. Sólo tú puedes decidir qué tipo de tratamiento se ajusta mejor a tu vida. Pero no tienes que hacer una elección y seguir con ella, es posible que puedas cambiar de opinión durante el tratamiento, y eso está bien.


5. Comunícate con tu médico


La comunicación es muy importante, es la mejor manera de asegurarte que estas recibiendo la información que necesitas para tomar la decisión que mejor se adecúe a tus necesidades. No importa si estás en una institución pública de salud, tienes el derecho a preguntar y pedir información a quien te está atendiendo.

Cuando no lo entiendas, háblalo, pregúntale lo que no entiendas, dile tus dudas hasta que estén resueltas.


Es común que muchas veces tenemos una duda y la olvidamos, trata de escribir todas esas preguntas que surgen repentinamente en un cuaderno, las citas pueden llegar a ser estresantes y emocionales, pero tener en claro los temas por los cuales vas a pasar para clarificar el asunto puede serte de ayuda.


Graba las conversaciones, esto ayudará a darle un seguimiento a lo que tu médico dice, toma notas. Lo que haces es un registro que te servirá de referencia por si tienes preguntas más adelante.


Lleva a alguien contigo, si te sientes cómoda compartiendo tu información médica con un amigo o familiar, llévalo para que tome notas también, con un diferente punto de vista. Así no sólo tendrás el apoyo que necesitas, sino que también a alguien con quien hablar cuando tengas dudas.


No esperes que las conversaciones sean fáciles con tu médico, es normal que esto te tome algunas reuniones con tu médico.


Finalmente, tómate tu tiempo y pregúntale a tu médico cuánto tiempo tienes para decidir. Siempre puedes cambiar de opinión y considerar segundas opiniones.


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