Ya sabemos que cuando enfermas gravemente de algo, como lo es tener cáncer de mama, todo cambia repentinamente. Y aunque a muchos les parece que no es tan importante, a nosotras una de las cosas que más nos preocupa es el cómo nos veremos sin pelo, en muchos casos sin pestañas ni cejas y cómo todo el proceso nos cambiará físicamente. Y qué creen?...se vale y está bien! Se trata de sentirse bien siempre y sentirnos bien para nosotras es vernos y reconocernos bonitas, arregladas y cuidadas.
Vas a cambiar, debes saberlo y debes empezar a aceptarlo.
Algunos cambios causarán mucho dolor pero siempre viene algo bueno. Y es que despertar un día y notar cómo se car el pelo de un jalón, como ganas o pierdes peso, y verte sin uno o los dos senos seguro te hará preguntarte frente al espejo: ¿Quién es esta persona?
Muchas de las mujeres con cáncer de mama no pueden reconocerse a ellas mismas en el espejo y esto termina causando una herida a nivel emocional que daña la autoconfianza y nos afecta enormemente.
Sentirte perdida, con la autoestima por los suelos es normal, pero permanecer en ese estado no lo es, y por ello hablaremos de la importancia de arreglarnos, de sentirnos bellas, y de tratar de seguir con nuestras rutinas de belleza, consentirnos y buscar la forma de que todo esto sea posible mientras tienes lidias con tu enfermedad.
Así que hoy quiero copartirles algunos consejos para más allá de que decidas o no usar peluca, subas o no de peso, tengas una rutina que te ayudará sentirte cuidada y hermosa a pesar de todo lo que viene.
1. Cambia a productos menos agresivos con tu cuerpo
Este es el momento de ayudar al cuerpo como siempre lo digo y estamos muy acostumbradas a untarnos y a ponernos en el pelo y en la piel todo lo que sea con tal de bajarle a las arrugas. Muchas veces no sabemos ni siquiera lo que tienen las cremas y los productos de limpieza como el shampoo y el jabón que usamos. Pero recuerda que a través de la piel absorbemos grandes cantidades de toxinas también, y este es justo el momento para no meterle de más al cuerpo.
Mi sugerencia es que aproveches para escoger productos de belleza y limpieza más naturales y con menos químicos agresivos. Entre menos parabenos (químicos conservadores) y de ftalatos (que mantienen los colores) tengan los productos, mejor. Se ha comprobado que estas sustancias pueden interferir en los balances homonales del cuerpo.
2. Cuida tus uñas
¿Eres del tipo que ama tener las uñas perfectas? Pues bien, las uñas son esa parte del cuerpo que se ven directamente afectadas al comenzar con los tratamientos, cuidar de ellas no sólo te ayudará a mantenerlas sanas, sino que también hará que se vean mejor.
Aplicar un aceite rico en humectantes naturales puede ayudarte a combatir el daño que los medicamentos y tratamientos pueden causarles, también facilitarán el crecimiento y fortaleza de tus uñas.
Busca aceites ricos en vitamina E como el de jojoba o de almendras dulces, y si te sientes suficientemente confiada, ¿Qué te parece mezclar diferentes aceites y crear uno personal?
Yo no me pinté las uñas durante mi tratamiento y dejé que descansaran hasta de esos químicos. Vale la pena que las cuides sin meterle al manicure tradicional pues muchas veces te pueden lastinar y estarás más expuesta a infecciones.
3. Enfócate en buscar la base de maquillaje adecuada
La quimioterapia puede hacer que tu piel se vea irreconocible y pase por lo que a mí me gustaba llamar los días malos de piel.
¿A qué me refiero con esto? Cuando tu piel está seca, cambia de color, tiene nuevas manchas, se ve más amarilla de lo normal o incluso puede llegar a tener tonalidades verdes o rosadas.
Es cierto, tu piel cambiará mucho de tonalidades, por lo cual en vez de tener diferentes bases de maquillaje que hagan “match” con tu tez, ir por una opción que tenga sub tonos amarillos tenues puede ser la solución. Los sub tonos amarillos tienden a difuminarse mucho mejor con la tonalidades universales de la piel, pero recuerda, deben de ser tenues, si no tienes idea de cómo elegir tu base, pide asesoría a los trabadores de las tiendas de maquillaje.
Hoy existen muchas opciones, es cuestión de dedicarle un ratito y arreglarte como quieres para ese evento especial o simplemente para verte y sentirte bien!
4. No olvides tus cejas
Dibujar cejas que no tienes puede llegar a ser complicado, más cuando antes no tenías que preocuparte por hacerlo, pero la clave entre que sea una tarea fácil o una tarea imposible es escoger el producto adecuado.
Si eres principiante en el arte de dibujar cejas, aquí hay unos tips que te ayudarán a tener mejores resultados:
- Escoge una tonalidad más oscura que el color de tu cabellera o peluca, esto te ayudará a hacer que parezca más realista y te dará un aspecto más jovial.
- Si no hay ningún pelo en el que puedas poner el color por encima, tal vez puedas combinar dos tonalidades, una más oscura que la raíz de tu cabellera o peluca, y una aún más oscura, que te ayudará a darle definición a esas hermosas cejas.
Ahora que conoces tan sólo algunos pasos que puedes integrar en tu rutina de belleza, ¿qué te parece implementarlo para ver qué te sirve y qué no? Así descubrirás los pasos perfectos para ti.
Arreglarte es más importante de lo que parece, sentirte bella y recordarte que a pesar de que todos los cambios temporales por los que estás pasando son difíciles, tú sigues siendo la misma, y hoy, además de ser bella eres más fuerte.
Consiéntete y recuerda que una pieza fundamental para vencer al cáncer es cuidar de ti no sólo en el aspecto físico, recuerda que la parte emocional y de autoconfianza es muy importante también.
Aprovecha estos momentos para experimentar y probar cosas que nunca te habías atrevido a hacer, una nueva peluca muy corta o de algún color que siempre te llamó la atención es una buena opción, o ¿qué te parece comenzar a mirar tutoriales de belleza y experimentar con diferentes estilos?
Espero que estos consejos te sean de ayuda, y que en este proceso tan complicado, encuentres fuerza para seguir y descubrir cosas nuevas, ¿Lista para dejar salir a ese ser aventurero que hay en ti?