¿A qué le tienes miedo? ¿Alguna vez te has preguntado eso de manera seria y profunda? A lo mejor no, pero te aseguro que si le dedicas un poco de introspección podrás encontrar parte de la respuesta y por el simple hecho de hacerlo, podrás bajar la intensidad de lo que sientes y qué identificas como miedo.
Quiero hablarte un poquito de ello y así seguir aprendiendo sobre el miedo.
Desde hace algunos días he estado hablando del miedo en mi blog y si antes de continuar con este texto quieres saber qué es el miedo y para qué sirve te recomiendo que leas estos 2 artículos:
Antes de empezar con algunos tips sobre cómo manejar el miedo debemos recordar y hacer mucho hincapié en que el miedo es parte de nuestra conducta humana y nos ayuda ante una situación real de peligro.
Para poder trabajar con el miedo, primero debemos aceptar que lo estamos sintiendo y debemos reconocerlo. Lamentablemente vivimos en una sociedad en la que mostrar miedo se considera una debilidad y debería ser todo lo contrario: si tienes el valor de admitir tu miedo eres capaz de superarlo, es de valientes aceptarlo. Recuerda que entre más trates de evitar esta emoción, más lo experimentarás.
Comencemos con las recomendaciones para manejar el miedo:
1.- Identifica tu miedo: ¿Temes a cosas imaginarias o inexistentes? O ¿tu miedo se debe a cosas que sí existen? Si es el último, tu miedo es real. Ya comenzaste.
2.- Evalúa lo fuerte que es tu miedo: Si esto que sientes te evita seguir con el ritmo de vida normal que tenías, hay que tomar medidas. Ponle un número a tu miedo. Del 1 al 10 ponle según la intensidad que sientas para identificar.
3.- Analiza si tu miedo proviene de algo traumático en el pasado: Si es así, necesitarás de tus seres queridos y profesionales para comenzar a superarlo.
4.- No huyas de tu miedo: Si haces esto, te estarás limitando a nunca superarlo. Apóyate de tus experiencias y de las de otros.
5.- Habla de tu miedo: Exprésalo inclusive si debe ser gritándolo. Haz todo lo que creas te ayudará a sentir alivio. Platicarlo, compartirlo, escribirlo, todo ayuda.
6.- Usa tu imaginación: Y no para traer a ti escenarios más feos de lo que estás o estarás viviendo, sino para pensar en lo peor que podría pasar de una forma racional y así crear herramientas y posturas para reducir esa sensación de: ¿qué pasaría si…?
7.- Ve al miedo como una oportunidad para ser mejor: El miedo no es malo, nos ayuda a estar con una constante alerta, a vivir concentrados y esforzarnos por evitar lo que no queremos que nos pase. Es prudencia con medida, agradécelo.
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Me gustaría que pensaras en preguntas como ¿qué te gustaría vivir y no estás viviendo? ¿Cómo te gustaría que fuera tu vida con o sin ese miedo? ¿Qué está en tus manos para que ya no te afecte? Probablemente las respuestas a esas preguntas las tengas pero sea difícil ejecutarlas, comienza a trabajar en ello. Aquí estaré para acompañarte.