Iniciar tratamiento de cáncer de mama es abrumador y preocupante. No estás loca, es normal sentir miedo aterrador a lo que viene.
Sentirás miedo a los efectos secundarios, te dará mucha ansiedad pensar en si podrás seguir trabajando y cuidando a tus hijos, te dará mucho miedo imaginar que no funcione el tratamiento que has decidido seguir, que se salga de tu presupuesto, y así como yo, seguro te aterrará pensar en que necesitarás ayuda para todo.
Desde ahora te lo digo, es muy importante que aprendas a controlar tu miedo a ese futuro, pues vivir con este permanente sentimiento puede:
Hacer que pierdas el manejo de tu agenda, y por lo tanto de tus citas, estudios y responsabilidades.
Limitar tu comunicación, pues estarás poco concentrada, sin capacidad de hablar claramente, leer concentrada y recordar las cosas importantes.
Tener miedo nos roba energía para hacer ejercicio, dormir y comer.
Te aleja de la posibilidad de conectarte con la gente que quieres.
Para que estés más tranquila y enfocada te comparto estos consejos que yo seguí e hicieron la diferencia en mi vida.
1. Tómate el tiempo necesario para decidir sobre tu tratamiento
Yo decidí parar después de mi cirugía y explorar todas las opciones disponibles. Desde tratamientos alternativos hasta las opciones tradicionales médicas que mi doctora me propuso. Dediqué tiempo a investigar y leer con mucha calma todas mis opciones. Si bien, el protocolo médico indica que debes iniciar tratamiento lo antes posible, date tiempo para prepararte, informarte de opciones y sentirte cómoda y tranquila de lo que decidas. Eso te ayudará a bajarle varias rayitas al miedo a lo que viene, pues será ya una decisión tuya tomada con plena conciencia.
De verdad, unas semanas no harán la diferencia en el tratamiento, pero sí en tu estado de ánimo y en tu energía.
2. Date tiempo para sanar
Iniciar con un tratamiento de este tipo será sumamente agotador para tu cuerpo, y es un hecho que necesitarás tiempo, días, semanas y meses para estar de nuevo al cien. Poco a poco te darás cuenta cómo te vas sintiendo mejor, pero tomará mucho tiempo así que descansa y date ese tiempo. ¡Te lo mereces!
3. Pide ayuda a los demás
No estás sola en esta lucha de sobrevivencia y de superar el miedo al futuro. Habla de todas tus preocupaciones y dudas con tu médico, con las enfermeras y desde luego con tu familia y tus amigas. Hablarlo ayuda muchísimo a poner en contexto y de manera más objetiva. Puedes también buscar a sobrevivientes que te den consejos. Yo entrevisté a tres maravillosas mujeres que me ayudaron a entender mucho más el proceso, me dieron claridad y tranquilidad. Si lo crees necesario, entra a una terapia. Nosotras las mujeres necesitamos hablar y compartir para superar etapas y retos en la vida. Se vale entrar a una terapia y recibir ayuda.
4. Organízate con ayuda en casa
Debes abrirte a que la gente te ayude, pues sólo así podrás estar más tranquila y trabajando para ti. Pide ayuda a vecinos, mamás de la escuela, amigas cercanas y desde luego a tu familia. Que ellos recojan a los niños, vayan al súper y te lleven a tus citas de tratamiento. Entre menos preocupaciones tengas, más centrada y tranquila estarás.
5. Básate en hechos y en información de buenas fuentes
La palabra cáncer por si sola da miedo, pero no es una sentencia de muerte. El 70% de nosotras ¡sobrevivimos! Normalmente nuestros miedos son fatales y mucho peores de lo que en realidad pasa. Tener claridad de nuestro diagnóstico y tomar cartas en el asunto debe de inmediato tranquilizarte.
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