
El diagnóstico de cáncer suele ser como un balde de agua fría al cuerpo; un sinfín de emociones y pensamientos estarán adueñándose de ti. La preocupación, el miedo, la ansiedad y la depresión pueden ser los primeros inquilinos emocionales en llegar.
Todos estos sentimientos son comunes y son una respuesta natural a una experiencia que te cambiará la vida, pero está en ti pedirles que se vayan o se queden.
Muchas cosas pueden causar que te sientas de esa manera; los cambios por los que pasarás a lo largo de todo el proceso de tratamiento pueden llegar a afectar tu confianza y autoestima, cambiar tus rutinas y responsabilid