¿Miedo? ¿Enojo? ¿Frustración? ¿Decepción? La lista podría seguir. El cáncer de mama no solo afecta a nuestro cuerpo, a decir verdad en gran medida afecta nuestra forma de percibir el mundo y nuestras emociones.
Básicamente se trata de miedo. Miedo a lo desconocido, miedo a no saber si lo que estás haciendo funcionará, miedo a que no funcionen los tratamientos, miedo al futuro, miedo a la muerte….

Estoy segura que más de una vez has pensado que no sobrevivirás, que el tratamiento no funcionará, que todo lo te está pasando es tu culpa. Antes de seguir quiero que sepas que ninguno de los pensamientos negativos que te atormentan día con día, son ciertos.