Nadie planea una crisis, los problemas llegan sin previo aviso como las olas del mar que te revuelcan mientras no estás viendo. Hay crisis que duran días, meses e incluso años; dejan todo lo “conocido” convertido en caos, sin dirección, frenado y muchas veces en medio del pánico. Y es justo lo que se vive cuando te diagnostican con cáncer, al menos esos primeros días que a veces se convierten en semanas o meses.
Y luego, para terminar de rematar, a veces, algunas de las personas que más amamos, no nos saben acompañar o incluso nos abandonan en el camino.
Lo primero que aprendí fue que las personas vienen y van, que el cáncer te acerca o te aleja de aquellos que comparten contigo tu día a día; para mí esto significó perder y alejarme de amigos y familiares pero meses después de lanzar mi página web me di cuenta de algo importante:
Allá afuera no solo hay millones de mujeres enfrentado el cáncer de mama, hay millones de mujeres enfrentando el cáncer de mama y el abandono de su pareja al mismo tiempo.
Quizá estás pensando “los hombres son terribles”, antes de que sigas con esa idea quiero que sepas que sí, duele saber que alguien a que amas sería capaz de dejarte en un momento tan vulnerable como lo es el cáncer pero no todos tienen la fuerza o la voluntad de enfrentar quizá uno de los momentos más fuertes que una persona puede vivir.
Ahora bien, el cáncer no es solo una enfermedad. Sé que esto suena raro pero quiero decir que es una oportunidad para mirarte al espejo y decidir si esta es la mujer que querrás ser para siempre o estás lista para transformarte y esto implicar dejar ir a personas aunque hoy duela.
Una crisis de salud es absorbente. Al cuidar nuestro bienestar físico, olvidamos cuidar nuestras relaciones. No nos interesa el sexo, no tenemos ni ganas ni tiempo! La preocupación nos mantiene despiertas por la noche y al límite.
Pero aquí está la cosa: hay algunos viajes que son solo para ti. El crecimiento lleva siempre dolor y sufrimiento y a veces es este fondo el que necesitamos para encontrar nuestra fuerza y coraje.
La buena noticia es que el Universo, Dios y el Amor te recompensa por tanta valentía. Y aunque seguro serán momentos muy dolorosos, aquí algunos consejos para cuidar tu corazón triste:
1. Céntrate en ti
Ha llegado el momento de que te concentres en tus necesidades. Lo que creas que necesitas hacer para encontrar la felicidad y la satisfacción, hazlo y hazlo de forma constante. Tú eres lo más importante para ti y primero deberás ponerte en el centro de tu propia vida para salir de esta etapa. Tu salud es tu responsabilidad también y si necesitas ayuda de un especialista, pídela!
2. Fija objetivos y metas
La transformación no sucede por sí sola. Es importante tener en mente los objetivos que deseas alcanzar y luego comenzar a trabajar hacia ellos. Si quieres saber más sobre plantear objetivos durante tu proceso de cáncer, envíame un correo para compartir contigo un curso que tengo preparado y te encantará.
Pueden ser desde objetivos diarios hasta semanales.
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3. Recompénsate y reconócete
Cuando das pequeños pasos valientes, das grandes pasos para transformarte en la persona que quieres ser. Eso, en mi opinión, merece recompensa. Date algunos permisos, cómete ese postre que querías, duerme una hora más, cómprate los zapatos que te gustan, salte a tomar un café con amigas, date un masaje, no te bañes y quédate un día entero en pijama, lo que sea! Pero prémiate, ¡Te lo has ganado!
4. Recuerda tu valor
Una parte importante de este viaje es dar un paso atrás y reevaluar a quién le estas dando tu tiempo y atención. Si alguien no te hace sentir feliz es hora de no verlo. Enseña a las personas cómo deberían tratarte. Establece los límites y reconoce quién eres, hasta donde has llegado y lo maravillosa que eres.
5. Conecta con tus amigas
Este es el mejor remedio para curar un corazón roto. Cuando comiences a sentirte triste y sola, llama a una de tus mejores amigas. Las conversaciones con las amigas son un gran remedio para la tristeza. Y no se trata de hablar del dolor todo el tiempo, sino de todas esas cosas que entre mujeres platicamos. A veces compartir ayuda a poner en el lugar correcto lo que estamos viviendo así que sí, comparte pero o te claves en que sea tu único tema de conversación.
Tengo una gran amiga que siempre me decía que el dolor se olvida, y estoy segura que en este caminar un día volteas atrás y te ves en paz, sin dolor, viendo para adelante y disfrutando el momento.
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